Hace algunas semanas escribí el post «No te mueras sin decirme tu contraseña», sobre qué hacer con las claves de todas las cuentas de mails y aplicaciones que vamos acumulando. Al parecer gustó y tuvo repercusiones. Además de los comentarios en el blog, también recibí varios mails donde me hacían sugerencia de qué hacer o qué medida había tomado cada uno su caso. Hasta un medio de Córdoba, se trata de la revista de negocios Punto a Punto, me pidió permiso para su republicación en su versión papel. Este es el artículo en punto_a_punto_vb.pdf. Hoy aparece en Clarín una nota muy similar. Casualidad.

 

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