Yo copio, tu copias
Cuando, hace algunos días, la actriz Griselda Siciliani leyó la nota en un bar, dudó y pensó que le parecía conocida. Y no, precisamente, porque hacía algunos días una periodista (¿?) de la Revista Caras le había hecho una entrevista, sino porque se dió cuenta de que los textos que estaba leyendo pertenecían a otro reportaje que le había realizado Marina Zucchi para el diario Clarín, en noviembre de 2006.
Nuevamente la práctica obscena, burda y descarada del llamado «copy paste» se evidencia. ¿Qué puede llevar a un periodista (o alguien que trabaje de periodista) a copiar casi textualmente una nota de otro?, ¿cómo es posible que se atreva a reproducir en su nota apreciaciones que hizo otro colega, como si fueran propias?, por último, ¿cómo es capaz de firmar con su nombre y apellido ese artículo?. Veamos párrafos de las notas de cada redactora:
Revista Caras (10/04/07)
Un torbellino. Esa es la comparación que le cabe a la labor de Griselda Siciliani (28), una bailarina criada en Villa Luro que jamás pensó seriamente en trabajar en televisión. Apenas le bastó un año para lograr en la pantalla chica lo que otros demoran décadas en cimentar su carrera. Desde que debutó en televisión, no paró: su primer papel fue el de la secretaria torpe de Adrián Suar en «Sin código» y la llevó a ganar el premio Clarín Espectáculos y el Martín Fierro, como revelación.
«¡No seré la nueva Floricienta, como dijeron por ahí!. Esa es una comparación hermosa, pero desde la historia no es parecida…», asegura. Griselda se mueve de un lado para el otro, y parece transformarse en muchas mujeres a la vez. Mientras elige el vestuario para la producción, se convierte en Debi y, por momentos, despliega la misma sensualidad que alguna vez deslumbró en la tapa de «Playboy».
Después de «Tan modositas» (una obra con textos y coreografías de ella y Virginia Kaufman), Manuel González Gil me reconoció en un casting e hice «Revista Nacional», con producción de Suar. Un día me vio Adrián y me propuso hacer televisión.
Tantos años en pareja te hacen pensar en el otro como una familia. Estoy sola y lo disfruto», dice y pone su mejor cara y vuelve a sonreír. Como Debi, Flor y Griselda. Como todas las mujeres, habitan en ella.
Diario Clarín (10/11/06)
Un torbellino. Esa es la comparación que le cabe a la labor de Griselda Siciliani, bailarina criada en Villa Luro que jamás pensó en la tele en serio. Apenas le bastó un año para construir en pantalla lo que otros demoran décadas en cimentar. Desde que debutó en pantalla no paró: su primera composición, la secretaria torpe de Adrián Suar en Sin código la llevó fugazmente hacia el Premio Clarín Espectáculos y el Martín Fierro como revelación.
¿Vas a ser la nueva Floricienta?
¡No! Esa es una comparación hermosa, pero desde la historia no es parecida…
Griselda (28) sabe transformarse en muchas mujeres. Mientras elige el vestuario para la producción, es, de ratos, Debi, la desenfadada muchacha que actualmente compone. En instantes muta y desprende la misma sensualidad que alguna vez prestó para una tapa de Playboy. En todas sus facetas brota un rasgo común: su alegría.Después de Tan modositas (con textos y coreografías de ella y Virginia Kaufman), Manuel González Gil me reconoció en un casting e hice Revista nacional (con producción de Adrián Suar). Ahí me vio Adrián y me propuso la tele.
Tantos años en pareja te hacen pensar en el otro como una familia», dice y ante la incomodidad que se dibuja en su semblante, pone su mejor cara y vuelve a sonreír, como Debi, Flor y Griselda. Como todas las mujeres que la habitan.
La similitud resulta tan grosera que es difícil pensar en una justificación posible. Es vergonzoso que un periodista llegue a semejante atrevimiento. La falta de respeto es hacia el colega a quien le robó su trabajo, sus ideas, sus preguntas. Es hacia la profesión, cada día más vapuleada, más discutida y menos creíble. Pero sobre todo hacia el lector porque se rompe un vínculo de confianza.
Es claro que los lectores poco (o casi nunca) se enteran de estas situaciones, aún así es injustificable. Por último, también es evidente que estos periodistas poco saben de Google.
Notas completas:
Clarin: Griselda Siciliani: «No tuve que golpear puertas»
Revista Caras: «Hoy estoy sola y lo disfruto plenamente»
16 Responses to Yo copio, tu copias
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Mi nombre es Vanina Berghella, soy periodista, especialista en medios digitales y plataformas sociales pero con los años mi foco es la gestión. Mi blog La Propaladora me acompaña desde 2005 y aunque hace años que perdió actualidad diaria cada tanto dejo alguna pista de mi recorrido profesional. ver +
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será que la periodista de caras perdió en algún lado la grabación de su entrevista y tenía que publicar una si o sí? cuac!
pero queee buuuuurrra!
[…] La Propaladora me entero de este monumento al afano descarado, de esos que para superarlos hay que esmerarse y […]
Vanina:
Es una de las cosas a las que más se les debe prestar atención en toda la red: el derecho de autor. Pasa con las webs, pasa con los blogs, pasa con la Wiki, con todo. Al no haber regulación, o por lo menos, C??DIGO, no va a existir este tipo de prevención frente a las cosas que hacen algunos que se llaman periodistas.
Quién nunca lo hizo? Una cosa es tomar una parte de un artículo para tener una guía de trabajo, una idea, o incluso un cita para referenciarla, y otra cosa es copiarla y atribuirsela como propia.
Saludos, José.
Claro que una nota de otro puede servir de referencia y hasta de fuente, pq no? Pero esto es un plagio liso y llano. Convengamos además, que ambos artículos fueron publicados, además, en sus versiones de papel. No quiero decir que eso le quite legitimidad a los artículos solamente escrito para la web, sino que además es fácil evidenciar el fraude cuando son subidos a la red.
Un desprecio total del oficio.
Yo, mínimo la suspendo o no le doy más colaboraciones.
Así sean Griselda y Paula la misma persona. Tanto peor…
Eso es lo que pasa cuando ponés a trabajar gente que no es periodista en el lugar de un periodista. Lo que pasó no es culpa de Paula Palomeque. Ella no es periodista, sino que fue secretaria de Liliana Castaño, (directora de la revista) hasta hace poco tiempo. Por supuesto que en Perfil todos estaban de acuerdo en reeemplazar a una periodista que se fue con alguien que no es profesional, a quien le pueden pagar menos, porque lo que menos importa es la calidad del producto. Es decir que la responsabiidad de este plagio deberían asumirlo los directores de Caras, no?
Silvia: Siento también que es un menoscabo a la profesión.
Les cuento: Si las cosas son así, es cierto que primero la responsabildad es de la Revista, pero también de la secretaria (devenida en periodista) que sabe lo que es «copiar».
Nadie le explicó, entonces, que un copy paste no es lo mismo que el recall?
Para todos aquellos que desenfundaron sus sables sobre la breve dignidad como periodista de Paula Palomeque, la supuesta autora del plagio, debo informarles una versión mejor acabada de lo que sucedió. En realidad, Palomeque estaba acompañando a su mamá, que en ese momento estaba internada (finalmente falleció), cuando la nota se publicó. Como no concurría a la redacción, apenas realizaba las entrevistas fuera de su lugar de trabajo. Así ocurrió en el caso de Siciliani, a quien entrevistó durante una hora y después mandó la desgrabación en crudo a su editora vía mail. Hasta allí llegó su incidencia en el caso. Finalmente, al igual que todos, ella también se sorprendió con el resultado, siendo que la única injerencia que tuvo sobre el producto final fue su firma, que puso allí un superior suyo como crédito por coordinar la nota y realizar la entrevista, jamás utilizada. Sin dudas, el hecho de que haya sido hasta unos meses secretaria la convierte en una fácil pantalla para tapar al verdadero culpable, que se esconde como un cobarde detrás de un escritorio de editor.
Le creo a «La verdad de la milanga»! Creo en lo que dice sobre la cobardía del que se esconde.
Pero, siempre hay peros, no la exculpa a la ex-secretaria devenida en periodista. La firma del autor no se utilizaba masivamente en las notas producidas por periódicos, pasquines y todo tipo de publicaciones. Solo se las reservaba para las opiniones-editoriales.
Pero hace un tiempo que funcionan como criterio de veracidad de la información. Hay una persona que acredita, firma, asevera que lo que se dice es lo que esa persona produjo y es confiable.
Sabemos que en las empresas periodísticas no siempre los individuos pueden prevalecer por sobre las deciciones gerenciales.
Al menos a la pobre ex-secretaria le queda la CULPA (propongo colgarla en la plaza mayor del pueblo (chiste)) por su irresponsabilidad sobre el texto publicado. Por más que este atrevaesando un momento personal delicado. Hecho que sensibiliza pero que no atenua su desapego, desinteres o lo que sea por lo publicado.
Me aburrí de mí. Adios
Evo’s Brother, creo que no leiste con atención. Ella, pese a la muerte de su mamá, no se desentendió del trabajo y se tomó la molestia de mandar a la redacción la desgrabación de su nota. Teniendo ese material: ¿cómo fue que se publicó la copia de la nota de Clarín? Conociendo el ambiente que se vive en la redacción de Caras, no creo que haya sido accidental sino que ???más allá o más acá del nivel profesional de Paula Palomeque??? alguien le hizo una cama y la mandó al muere.
Coincido con que no es necesario firmar todas las notas aunque en este caso ella no firmó, porque no estuvo.
Me encantaría saber, así como sé el nombre de Paula Palomeque, cómo se llama el editor que le dio esta mano, para poder entender mejor el juego. ¿Alguien tiene algún dato?
Bueno, que efusivo Evo’s B!! Igual pienso que no esta mal firmar las notas. A veces una nota que parece insignificante toma valor sabiendo quien la firma o al mismo tiempo, por qué no esta firmada.
En cuanto a lo que explica La verdad de la milanesa y Alguien más, bien puede ser que haya sucedido así. Pero bueno, la señorita PP quedó pegada ante semejante error malintencionado. Alguien debería dar explicaciones. Habría que averiguar quién puede ser el «malo» que le hizo la cama cuando antes la beneficiaron con el cambio a redactora.
Yo leí con extrema atención. Lo que vos llamas «molestia de mandar» el material no es más ni menos que una parte de su trabajo. Por eso le pagan. Segundo, sí desentendió de otra parte de su trabajo. que resumiendo, podemos llamar el producto, o sea la nota que sale publicada. Y con eso no hay cama argumento personal que valga.
Tendrán que probar que le hicieron una cama, que realmente ella hizo una nota y su editor decidió poner la nota publicada en clarín. no les parece? el tema da para más pero…el tiempo y espacio en este caso son tiranos.
para quien pidió el nombre del editor de la nota plagiada (aunque habría que decir editora) puedo asegurar que es la misma que puso a su mucama a trabajar de…. periodista….
si, en Editorial Perfil la tan mentada movilidad de clases no sólo es posible sino también verificable.
Así que ya saben chicas, no se desanimen si sólo les dio para estudiar un curso de secretariado en el instituto de la calle Libertad (o en ilvem, o quienes tienen el título de la Pitman) ni tampoco se desanimen aquellas que tuvieron que salir a laburar limpiando casas ajenas para «parar la olla». En Editorial Perfil pueden llegar a periodistas. Eso sí, tendrán que saber hacer «relaciones públicas» con la gente adecuada.
Pero si estudiaste periodismo, Perfil no es el lugar para vos. Por un lado, porque no interesa que seas una persona preparada sino que sepas bajarte los calzones en el momento indicado. Y por otro, porque con los sueldos que pagan allí, más te conviene ponerte a limpiar casas (total, las mucamas van a estar escribiendo las revistas).
Ah, me olvidaba, la editora lleva las iniciales R .P. y si no recuerdo mal la rata riojana salió de padrino de su hija hace muchos años (si sigo recordando bien, en la época en que esta editora trabajaba en la revista «La Revista»).
A full el veterano…